ACRÓSTICO
(Del gr. akrostixchon, "final de verso", de akro, "extremo" y stichos, "verso".)
Frase, palabra o concepto que surge de la lectura vertical de determinadas letras o sílabas de los versos de un poema, normalmente las iniciales, centrales o finales. Cuando el acróstico aparece a mitad de verso se denomina mesótico; cuando se da en el final, tenlético. Puede darse también en la prosa, entre las iniciales de cada uno de los párrafos de un escrito. Es un artificio retórico frecuente en la poesía del mundo antiguo, en la cortesana del siglo XV y en períodos barroquizantes o vanguardistas.
El silencio escuda y suele encubrir
La falta de ingenio y torpeza d lenguas;
Blasón, que es contrario, publica sus menguas
Al quien mucho habla sin mucho sentir.
Como la hormiga que deja de ir,
Holgando por tierra, con la provisión:
Jactóse con alas de su perdición:
Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.
El aire gozando ajeno y extraño,
Rapiña es ya hecha de aves que vuelan [...]
Leyendo verticalmente la primera letra de cada verso encontramos el inicio de la frase "El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nascido en la puebla de Montalbán.", famosos acrósticos que encubren el nombre y lugar de origen del autor de La Celestina. Otro ejemplo, en forma de soneto:
Máquinas primas de su ingenio agudo
A Arquímedes es, artífice famoso,
Raro renombre dieron de ingenioso:
¡Tanto el afán y tanto el arte pudo!
Invención rara, que en el mármol rudo
No sin arte grabó, maravilloso,
De su mano, su nombre prodigioso,
Entretejido en flores el escudo.
¡Oh! Así permita el cielo que se entregue
Lince tal mi atención en imitarte,
I en el mar de la Ciencia así se anegue
Vajel, que -al discurrir por alcanzarte_
Alcance que el que a ver la hechura llegue,
Sepa tu nombre del primor del Arte.
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ.
El acróstico parece tener su origen en las reglas nemotécnicas propias de la transmisión oral. En la literatura antigua son frecuentes los de tipo alfabético, es decir, los que inician cada verso con una letra del abecedario, como los que aparecen en el Antiguo Testamento o en la obra de Chaucer. Algunos dramaturgos, como Ben Johnson en El Alquimista, escribían los títulos de sus obras en acrósticos de versos donde desarrollaban el argumento del drama. Otros, son portadores de significados mágicos o religiosos, como éste, en forma de palíndromo, encontrado en un papiro egipcio del siglo IV o V:
S A T O R
A R E P O
T E N E T
O P E R A
R O T A S
cuyas palabras se identificaban con los nombres de los cinco clavos de la cruz de Cristo y se le atribuían poderes terapéuticos.